“El síndrome del cinturón negro”
Por Stefan Schröder. Traducido por Enrique Muñiz
El llamado “síndrome de cinturón negro” sólo se usa como un chiste para describir la conducta de o los que les otorgaron el cinturón negro recientemente y que han cambiado su comportamiento de manera negativa.
Lograr el shodan (primer Dan) puede ser atractivo, pero es sólo el comienzo. En algunas escuelas se permite a los Shodan trabajar con los Sensei e incluso con los Shihan durante seminarios, mientras que los estudiantes Kyû son ligeramente ignorados.
Se sostiene que las artes marciales construyen el carácter del individuo, sin embargo hay algunas personas que, después de recibir este rango, cambian su actitud hacia sus pares, inferiores y superiores en la disciplina de una manera nada respetuosa. Parece que estas personas no entienden que esos años de entrenamiento sólo les permitieron dar el “primer paso” (Shodan), algo que ellos tomaron como su meta primaria. Y en cuanto lo alcanzan, creen que saben todo y, encima, bien.
Ser cinturón negro también lleva una cantidad real de responsabilidades que no ocurre con los Kyû. Durante esos años previos al Shodan, se han adquirieron muchas ideas acerca de cómo llevar un entrenamiento, cómo hacer ciertas técnicas, qué hacer durante la entrada en calor, y de repente, obtienen el shodan y se consideran lo bastante hábiles para imponer este conocimiento a todos los que les rodean, sin mostrar ningún reparo.
Tienden a olvidar que siendo cinturón negro tienen mucho por hacer y siempre con respeto y dignidad. Vi más de un caso donde aquellos que, padeciendo este síndrome, dejaron a sus Sensei después de que lograron su shodan, porque se sentían muy capaces y no reconocían ni respetaban a sus Sensei. No podían aceptar el hecho de que sus maestros no cambiarían su trato hacia ellos, de no verlos como pares, sino como lo que son: sus estudiantes.
En mi opinión ésta puede ser una consecuencia de la tendencia a promover de graduación, principalmente basado en las consideraciones técnicas, porque esto puede ser observado fácilmente por cualquier examinador. Tengo la sospecha que estas personas hasta cierto punto están fingiendo lealtad, para obtener una graduación y tener un trato preferencial. Y al ver suprimidas SUS verdaderas intenciones agregan una gran dosis de tensión y resentimiento cuando lo esperado (imaginado) por ellos no llega.
Por Stefan Schröder. Traducido por Enrique Muñiz
El llamado “síndrome de cinturón negro” sólo se usa como un chiste para describir la conducta de o los que les otorgaron el cinturón negro recientemente y que han cambiado su comportamiento de manera negativa.
Lograr el shodan (primer Dan) puede ser atractivo, pero es sólo el comienzo. En algunas escuelas se permite a los Shodan trabajar con los Sensei e incluso con los Shihan durante seminarios, mientras que los estudiantes Kyû son ligeramente ignorados.
Se sostiene que las artes marciales construyen el carácter del individuo, sin embargo hay algunas personas que, después de recibir este rango, cambian su actitud hacia sus pares, inferiores y superiores en la disciplina de una manera nada respetuosa. Parece que estas personas no entienden que esos años de entrenamiento sólo les permitieron dar el “primer paso” (Shodan), algo que ellos tomaron como su meta primaria. Y en cuanto lo alcanzan, creen que saben todo y, encima, bien.
Ser cinturón negro también lleva una cantidad real de responsabilidades que no ocurre con los Kyû. Durante esos años previos al Shodan, se han adquirieron muchas ideas acerca de cómo llevar un entrenamiento, cómo hacer ciertas técnicas, qué hacer durante la entrada en calor, y de repente, obtienen el shodan y se consideran lo bastante hábiles para imponer este conocimiento a todos los que les rodean, sin mostrar ningún reparo.
Tienden a olvidar que siendo cinturón negro tienen mucho por hacer y siempre con respeto y dignidad. Vi más de un caso donde aquellos que, padeciendo este síndrome, dejaron a sus Sensei después de que lograron su shodan, porque se sentían muy capaces y no reconocían ni respetaban a sus Sensei. No podían aceptar el hecho de que sus maestros no cambiarían su trato hacia ellos, de no verlos como pares, sino como lo que son: sus estudiantes.
En mi opinión ésta puede ser una consecuencia de la tendencia a promover de graduación, principalmente basado en las consideraciones técnicas, porque esto puede ser observado fácilmente por cualquier examinador. Tengo la sospecha que estas personas hasta cierto punto están fingiendo lealtad, para obtener una graduación y tener un trato preferencial. Y al ver suprimidas SUS verdaderas intenciones agregan una gran dosis de tensión y resentimiento cuando lo esperado (imaginado) por ellos no llega.
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